Casi 20 millones de habitantes en España tienen más de 50 años y 8 millones superan la barrera de los 65 años
Cada vez vivimos más, y mejor, hasta el punto de que el aumento de la esperanza de vida se ha convertido en uno de los fenómenos más increíbles de la humanidad. Actualmente casi 20 millones de habitantes en España tienen más de 50 años -8 millones superan la barrera de los 65 años-. Y en tan sólo 30 años, en nuestro país, los mayores de 65 años duplicarán a la población de niños y jóvenes. Pues bien, quienes conformen esta clase social, mayoritaria, disfruten de una salud aceptable, sean autónomos e independientes y tengan sueños e ilusiones por delante, no se resignarán a llevar una vida pasiva cuya mayor actividad aeróbica sea pasear por el parque dando de comer a las palomas.
Sin embargo, el 83,6% de las personas mayores viven solas o con sus parejas en su propia casa, en una estructura familiar cada vez más menguada y sin una red social como la que puede tener una persona con trabajo o con posibilidad de desarrollar fácilmente nuevas aficiones. De hecho, la soledad se ha convertido en una epidemia, en la principal amenaza para el bienestar de los mayores.
Y es en esta revolución social en la que nació el Senior Cohousing, o la vivienda colaborativa de mayores, un fenómeno muy alejado de la decadente residencia de ancianos, que está emergiendo con fuerza y que cambiará la forma de vivir de muchos de nuestros mayores.
El Senior Cohousing son comunidades de viviendas independientes en las que conviven personas de edades avanzadas –a veces también de otras edades-, y donde priman las zonas y servicios comunes
Se trata de comunidades de viviendas independientes en las que conviven personas de edades avanzadas –a veces también de otras edades-, y donde priman las zonas y servicios comunes. El régimen de comunidad es “auto gestionado”, es decir, los usuarios deciden la forma en la que quieren convivir, y con quién, de qué servicios disponer… En el periodo de gestación del proyecto es en el que los futuros usuarios se van conociendo, estableciendo vínculos y, en cierta medida, aceptando al grupo o auto excluyéndose de él.
Pero lo más importante y distintivo del cohousing es que los residentes definen sus viviendas en términos de convivencia más que de servicios. Así, la contratación y gestión de los servicios asistenciales se articulan a medida que van surgiendo necesidades concretas. No obstante, la vocación del cohousing no es traer los servicios a la comunidad de viviendas sino aprovechar los servicios públicos que ya ofrece el municipio en el que esté el complejo residencial.
La soledad se ha convertido en una epidemia, en la principal amenaza para el bienestar de los mayores
Por otra parte, en el cohousing el sistema suele ser el de cooperativas de viviendas en cesión de uso, lo que significa que la cooperativa adquiere el solar, promueve y construye las viviendas –o, en su caso, adquiere la propiedad de un edificio que, posteriormente, rehabilita- y, finalmente, cede un derecho de uso a los cooperativistas que se circunscribe al uso y disfrute en exclusiva de una vivienda, y el uso y disfrute de todos los servicios comunes a cambio del pago de un canon. Posteriormente, la cooperativa continúa su vida, indefinidamente, coordinando y gestionando a los cooperativistas todos los servicios comunes que necesitan.
Este derecho de uso, a su vez, es transmisible –ya sea inter vivos, o mortis causa (por herencia)- pero a un precio limitado y orientado únicamente a reintegrar al usuario en todos los gastos incurridos, evitando de esta forma convertir esta transmisión en un instrumento de especulación. Es más, si el usuario lo desea, es la propia cooperativa la que adquiere este derecho por el precio estipulado para de esta forma cedérselo a un nuevo usuario de la lista de espera que existen en todos los proyectos de cohousing que ya existen en España.
En los próximos años veremos un desarrollo legislativo de ámbito nacional y autonómico que ayudará, sin duda, al fomento del cohousing
El cohousing, en definitiva, supone un cambio en la manera de entender la propiedad de la vivienda en España que tiene perspectiva de asentarse en esta nueva y creciente clase social, ya que en los próximos años veremos un desarrollo legislativo de ámbito nacional y autonómico que ayudará, sin duda, a su fomento y desarrollo. Y es que nunca se es demasiado mayor para tener compañía y disfrutar al máximo de la vida.