Es inevitable tomar alguna decisión desafortunada que pueda poner en peligro una empresa o pueda provocar un daño a terceros, o un riesgo personal para el Empresario, Administrador o Directivo.
Pero sí se puede controlar el riesgo conociendo cuáles son las debilidades del negocio y adoptando medidas de control.
Porque las consecuencias para el Administrador o Directivo pueden ser muy gravosas: pérdida del patrimonio personal, inhabilitación para ejercer el cargo o desarrollar una actividad empresarial, sanciones económicas, e incluso penas de cárcel.